PALLASOS EN REBELDÍA, CONTRA LA VALLA DE MELILLA
Ante los muros de opresión, de vergüenza y de silencio cómplice, toda la humanidad está desnuda. Éste es el mensaje que ha lanzado esta mañana el colectivo internacional Pallasos en Rebeldía ante la valla de Melilla a través de una acción reivindicativa y artística que han protagonizado el clown Iván Prado, portavoz de Pallasos en Rebeldía, y la compañía de circo Kanbahiota. En ella, los participantes han denunciado la injusticia y la violación de los derechos humanos que significa esta barrera a través de una intervención que ha finalizado con los artistas desnudos y cuyo objetivo es demostrar que el conjunto de la humanidad, al igual que todas las personas que intentan cada día atravesar este muro de la vergüenza, está sumida en el desamparo y la desprotección ante la opresión y la barbarie que ejerce el estado español a lo largo de la frontera con Marruecos. Pallasos en Rebeldía ha querido poner el foco, como otra serie de colectivos como PRODEIN que han colaborado en la jornada de hoy, esta situación a los pies de la valla, como ya lo han hecho con anterioridad en otros muros de la vergüenza del resto del mundo, como son la alambrada que el gobierno marroquí mantienen en el Sáhara o la barrera israelí de Cisjordania. Tras la acción, agentes de la Guardia Civil han interrogado y pedido los datos a Iván Prado.
Durante la acción, Iván Prado ha recordado que Pallasos en Rebeldía utiliza, ante la injusticia, sus armas: la nariz roja, la sonrisa y el humor. Además, señaló que no hay frontera que el circo no pueda atravesar ni ninguna barrera derrumbar. Los payasos no son más que el niño que, a los hombros del adulto, se atreven a señalar al emperador y gritarle que está desnudo. Y con esa voluntad, Pallasos en Rebeldía se desnuda ante la vergüenza del poder y el silencio colectivo que se extiende a lo largo de los doce kilómetros entre la frontera de Marruecos y España en la ciudad de Melilla, donde desde el año 1998 se ha construido una barrera física y artificial que atenta contra la libertad y los derechos de las personas individuales y del conjunto de la humanidad.
Este muro de la vergüenza, recordemos, está formada por tres vallas de seis metros que, desde el año 2013, vuelven a contar con una serie de cuchillas en gran parte de su recorrido que provocan graves heridas a aquellas personas que intentan cruzarla. Unas cuchillas que fueron retiradas en el 2007 por su peligrosidad y que el estado español ha vuelto a colocar, pese a las protestas de organismos internacionales y colectivos de defensa de los derechos humanos.
Las personas migrantes que intentan cruzar la triple valla ponen en riesgo su vida y se han producido varias muertes desde su contrucción. Además, es necesario recordar que -tal y como denunciaron en más de una ocasión más de setenta organismos y entidades reunidas en la red MIGREUROP- las autoridades españolas, lejos de acatar la legislación estatal, europea e internacional y garantizar el respeto a los derechos humanos y el principio de no devolución, repatrian de forma sistemática y sumaria a personas que se encuentran en territorios español tras atravesar este muro, violando así las leyes y las libertades fundamentales que atesora cualquier ciudadano del mundo.
Por lo tanto, la valla de Melilla es una atentado contra la dignidad humana y los derechos de la humanidad. El colectivo de cooperación internacional Pallasos en Rebeldía ha denunciado, por todo ello, la situación con esta acción que nos recuerda lo vulnerable y lo desnuda que está la humanidad ante la opresión del poder, la intolerancia y la injusticia.