Crónica 1. A XUNGLA DE CALAIS, UN LUGAR EN NINGUNA PARTE
Llegamos a la zona sur del campamento de Calais ” La Jungla”. La desolación es total; donde antes había miles de personas viviendo, ahora solo hay un yermo desolador, salpicado por algunas construcciones comunitarias que no se atrevieron a tirar y a las que cada vez viene menos gente: la escuela, el centro de jóvenes, la escuela de artes, parecen recordatorios de la vida que inundaba el campamento antes del acto salvaje e ignominioso de las autoridades francesas.
En nuestro primer recorrido entre las calles de la zona norte, todavía en pie, la sensación es de apatía y cansancio. En ellas sobreviven refugiados y migrantes, que en algunos casos llevan meses o años en condiciones inhumanas, a metros del Eurotúnel que les separa de sus familiares afincados en el Reino Unido.
Desde que brutalmente desmantelaron el campamento, han desaparecido más de cien menores no acompañados y cada día alguno de los que quedan se juegan la vida intentando saltar la valla y esconderse en los camiones que cruzan la frontera.
Actuar para ellos en el centro de jóvenes, mientras los bulldozers siguen allanado los resto del campamento que más parece una zona de guerra y los gendarmes franceses patrullan las inmediaciones, me transporta a Palestina y a la ocupación israelí. La gran diferencia es que aquí los ocupantes son los gobiernos europeos y los ocupados somos todos la ciudadanía y nuestros huéspedes, forzados y encerramos en guetos.
Durante los tres días de actuaciones hemos podido ver la cantidad de héroes anónimos, locales y migrantes, que genera esta jungla, que es más humana (pese a las mafias y a la miseria) que la Jungla donde los poderosos depredan nuestra dignidad, héroes y heroínas que en forma de voluntarios o simples habitantes se enfrentan cada día a la represión y a la desesperanza.
Las dos actuaciones principales del Circo por la Libertad han sido muy bellas, con momentos inolvidables, miradas de cariño, bailes y abrazos por doquier, tres días de alegría y rabia al mismo tiempo, de tristeza y emoción mezcladas, que nos llevaron a desplegar nuestra creatividad contra la política migratoria europea, en forma de performance primero contra la valla y sus policías y segundo frente a la costa de Calais, oficiando un entierro simbólico de la UE en las arenas de la playa antes de lanzarnos al mar para huir de esta Europa de los mercaderes y los fascistas.
Mientras no recibamos con amor y comprensión a las personas que huyen de la guerra y el hambre, no encontraremos la paz, la justicia y la alegría en este mundo.
Calais ya no es noticia pero para los Pallasos en Rebeldía, La Jungla, es desde ya también nuestra casa, y volveremos pronto.
Crónica de Iván Prado, portavoz internacional de Pallasos en Rebeldía, en La Jungla- Calais (5/4/2016)