Crónica 9: O primeiro día, catro flashes dun ‘artivista’Crónica 9: El primer día, cuatro flashes de un «artivista»
Doce da noite, 1 de setembro, Ben Gurión, os artistas chegan, cando chegamos ao parquin xa non me podo reprimir máis un berro de alegría, é tan atávico que as bucinas de seguridade lanzan a súa mensaxe de gran irmán: «non se pode gritar nestas instalacións» -primeiro flash-.
Comezou o Festiclown Palestina, nun aeroporto que simboliza o maior checkpoint do mundo, o circo triunfou, conseguimos burlar os secretas, os militares, o Shin Bet. Israel non pode parar a forza deste Festival.
Esta noite, Diego de La Poet Company, pasaraa retido por non ter o pasaporte actualizado. Se iso non fose pouco, as estruturas de circo están secuestradas pola aduana, os taxis que nos levan a Nablus deberán deixarnos no checkpoint de Qualquilia, porque nun país ocupado militarmente até se decide por onde poden transitar os coches, as persoas, pero nin sequera iso pode impedir ‘que comece o espectáculo’.
Dez da mañá.
O Alcalde de Nablus recibe a unha pequena comitiva, Leo Bassi acompáñanos en representación da arte máis comprometido coa causa palestina que se fai en Europa. O Alcalde dános a benvida e cóntanos parte dos problemas que ten o pobo palestino, eu explícolle por que estou en Nablus e cóntolle o duro que me resultou a primeira vez que visitei Nablus, xusto antes de dar un curso de risoterapia para Human Supporters. Cóntolle como as palabras de Wajdi -o noso colaborador local en Nablus e amigo de vida- acerca das historias de dor e xenocidio que o exército israelí lle infrinxido a esta cidade, durante a Segunda Intifada, uníronme para sempre a Nablus. Mentres falo, as bágoas escápanse, aperto o xesto para poder acabar as frases, faise o silencio -segundo flash-.
Cinco da tarde.
Todo está listo, preto de cinco mil acodes ateigan o auditorio Jamal de Nablus, os artistas xa están preparados e antes de saíren á escena reunímonos para darnos o último abrazo, eu míroos aos ollos e sinto un geiser dentro de min, cinco mil corazóns palestinos dispostos a vibrar con esta delegación de circo que cre que cambiar o mundo é posible e que agora é o momento -terceiro flash-.
O show empeza cos pallasos montados nun tren que se pasea entre o público, arrinca unha onda de aplausos interminable, eu recíboo desde o escenario agradecendo, unha vez máis, ao pobo palestino o seu exemplo de dignidade e amor. Leo Bassi, como de costume, gaña o auditorio, o seu carisma e potencia enchen todo o parque, o público acéndese como unha fogueira en agosto. Toda a xente aplaude e ri.
Seis e media da tarde.
A Gala rematou, todos os artistas enchen o escenario, un escenario que se converteu na ponte de mando dun gran navío, pídolle a todo o público que se poña en pé para facermos todos xuntos un acto de liberdade, un multitudinario mashi trasi que trasi, miles de voces gritan contra a ocupación este inocente mantra. Durante uns segundos todo o público convértese nun exército de pallasos contra o Muro de silencio e opresión que o estado de Israel ergueu nestas terras. Centos de mozos e nenos invaden o escenario para nos abrazeren e bailar connosco, mashi trasi que trasi escóitase por todas as esquinas do parque -cuarto flash-.
Volvemos ao hostal para cear, compartir, falar do programa, resolver dúbidas e sobre todo para celebrar que estamos vivas, que o circo e o clown fan historia en Palestina.
Hoxe foi o día máis feliz da miña vida como ‘artivista’, mañá máis.
Iván prado, 2 de setembro de 2011, Nablus.Doce de la noche, 1 de septiembre, Ben Gurión, los artistas llegan, cuando llegamos al parking ya no me puedo reprimir más un grito de alegría, es tan atávico que las bocinas de seguridad lanzan su mensaje de gran hermano: “no se puede gritar en estas instalaciones”-primer flash-.
Ha empezado el Festiclown Palestina, en un aeropuerto que simboliza el mayor checkpoint del mundo, el circo ha triunfado, hemos conseguido burlar a los secretas, a los militares, al Shin Bet. Israel no puede parar la fuerza de este Festival.
Esta noche, Diego de La Poet Compagnie, la pasará retenido por no tener el pasaporte actualizado. Si eso no fuera poco, las estructuras de circo están secuestradas por la aduana, los taxis que nos llevan a Nablus deberán dejarnos en el checkpoint de Qualquilia, porque en un país ocupado militarmente hasta se decide por donde pueden transitar los coches, las personas pero ni siquiera eso puede impedir “que comience el espectáculo”.
Diez de la mañana.
El Alcalde de Nablus recibe a una pequeña comitiva, Leo Bassi nos acompaña en representación del arte más comprometido con la causa palestina que se hace en Europa. El Alcalde nos da la bienvenida y nos cuenta parte de los problemas que tiene el pueblo palestino, yo le explico por qué estoy en Nablus y le cuento lo duro que me resultó la primera vez que visité Nablus, justo antes de dar un curso de risoterapia para Human Supporters. Le cuento como las palabras de Wajdi –nuestro colaborador local en Nablus y amigo de vida- acerca de las historias de dolor y genocidio que el ejército israelí ha infringido a esta ciudad, durante la Segunda Intifada, me han unido para siempre a Nablus. Mientras hablo, las lágrimas se escapan, aprieto el gesto para poder acabar las frases, se hace el silencio -segundo flash-.
Cinco de la tarde.
Todo está listo, cerca de cinco mil personas abarrotan el auditorio Jamal de Nablus, los artistas ya están preparados y antes de salir a escena nos reunimos para darnos el último abrazo, yo les miro a los ojos y siento un geiser dentro de mí, cinco mil corazones palestinos dispuestos a vibrar con esta delegación de circo la cual cree que cambiar el mundo es posible y que ahora es el momento -tercer flash-.
El show empieza con los payasos montados en un tren que se pasea entre el público, arranca una oleada de aplausos interminable, yo los recibo desde el escenario agradeciendo, una vez más, al pueblo palestino su ejemplo de dignidad y amor. Leo Bassi, como de costumbre, se come al auditorio, su carisma y potencia llenan todo el parque, el público se enciende como una hoguera en agosto. Toda la gente aplaude y ríe.
Seis y media de la tarde.
La Gala ha terminado, todos los artistas llenan el escenario, un escenario que se ha convertido en el puente de mando de un gran navío, le pido a todo el público que se ponga en pie para hacer todos juntos un acto de libertad, un multitudinario mashi trasi que trasi, miles de voces gritan contra la ocupación este inocente mantra. Durante unos segundos todo el público se convierte en un ejército de payasos contra el Muro de silencio y opresión que el estado de Israel ha levantado en estas tierras. Cientos de jóvenes y niños invaden el escenario para abrazarnos y bailar con nosotros, mashi trasi que trasi se escucha por todas las esquinas del parque -4º flash-.
Volvemos al hostal para cenar, compartir, hablar del programa, resolver dudas y sobre todo para celebrar que estamos vivas, que el circo y el clown hacen historia en Palestina.
Hoy ha sido el día más feliz de mi vida como “artivista”, mañana más.
Iván prado, 2 de septiembre de 2011, Nablus.